domingo, 17 de junio de 2012

Al Dr. Alex Hércules Rivera Juárez, in memoriam

Oficial Mayor del Ilustre Colegio de Abogados de Lambayeque en el Perú, la primera vez que estreché la mano del Dr. Alex Hércules Rivera Juárez fue la noche del 30 de mayo de 2012 en la terminal del aeropuerto de Chiclayo donde fue a recogerme tras una treintena de horas de viaje y quince de vuelo. Me llevó al hotel y luego cenamos junto al profesor de Derecho Civil de la Universidad Nacional "Pedro Ruíz Gallo", el Dr. Gamonal. Pero ya desde hacía prácticamente un año veníamos intercambiando correos electrónicos de resultas de su invitación para que participase en el Diplomado Internacional de Alta Especialización con motivo del 90º aniversario del Colegio de Abogados del que era el alma desde hacía más de dieciocho años. Su buen hacer y su insistencia, además del estricto cumplimiento de sus compromisos, me llevaron a aceptar la grata invitación de impartir varias conferencias en los actos de nonagésimo aniversario colegial. Durante los tres intensos días que estuve en las ciudades de Chiclayo y Lambayeque me acompañó a todos los actos en los que tuve el honor de participar como conferenciante, en la Universidad estatal, en la Corte Superior de Justicia y en el Colegio de Abogados. Compartí con él todo el tiempo de aquellos tres días, tan recientes, junto a los decanos de la Facultad y del Colegio, jueces y abogados de la Región. En particular pudimos conversar en varias ocasiones Alex y yo con el decano el Dr. Ezequiel Baudelio Chávarry Correa sobre futuros proyectos de publicaciones científicas y otros eventos para realzar la formación de los abogados de la Región. Insistía, de manera especial, en que yo mediara con mis compañeros para llevar a su tierra a profesores de mi Facultad de Derecho de la Universidad de Extremadura, para participar en seminarios, congresos, diplomados y conferencias, invitados por su Colegio, corriendo éste con los gastos de vuelos y estancias. Siempre pendiente de mí, de los libros que precisaba, y de los que no, de su información puntual, de cada detalle, de los inmerecidos obsequios y homenajes a mi persona, no pudo dejarme un mejor recuerdo, como profesional emprendedor y excepcional de la mayor eficiencia en su tarea de Oficial Mayor del Colegio, empeñado en llevar a lo más alto posible la formación jurídica de los abogados de Lambayeque, y como persona de trato amable, cordial y generoso. En el mismo aeropuerto donde lo vi por primera vez, también estreché su mano en el control de seguridad, a donde me acompañó en mi partida tres días después. Pude ver con dificultad entre los cristales que se quedó allí largo rato esperando hasta la salida de mi vuelo de LAN Chile, en dirección a Lima. Poco más de semana después, ya en España, el profesor de la Universidad Mayor San Marcos de Lima, mi amigo José Leyva Saavedra, me escribió un correo comunicándome el trágico fallecimiento de Alex Hércules Rivera Juárez, encontrado sin vida en su casa en el centro de la ciudad de Chiclayo. Poco después, el excelente Magistrado Juez Superior de la Sala Constitucional de Lambayeque y profesor universitario, Edwin Figueroa Gutarra, me confirma, en otro correo, la fatal desgracia acontecida a este noble abogado de cincuenta años, según publicó la prensa regional, con todo el futuro por delante y muchos proyectos por desarrollar, empeñado a fondo en subir el nivel técnico de los juristas de su Región de Lambayeque y la calidad jurídica de los abogados del Perú. Valgan estas líneas, que ahora volarán por las nubes desconocidas de internet durante un tiempo indeterminado, como recuerdo de un hombre apasionado por el Derecho. La República del Perú, la Región de Lambayeque y la ciudad Chiclayo pierden a un hombre preocupado y ocupado en la alta cualidad y formación de los juristas. Tal vez no fuera mala idea que siguiéramos tu ejemplo en la encomiable tarea académica que has emprendido. Descansa en paz, amigo Alex.